Alcaldes y Gobernadores
No hay triunfos para siempre, ni derrotas eternas
Y si no le creen a este reportero pregúntenle a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa o al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El primero, después de entrar “trasbanderas” en el salón de plenos de San Lázaro, en la Cámara de Diputados, por la puerta de atrás, en medio de pitidos de silbato de la bancada perredista -a rendir protesta de ley el cargo de titular del Ejecutivo Federal, el 1 diciembre de 2006- pensó que logró su objetivo: eliminar a su peor enemigo, el latoso del candidato de las izquierdas.
Previamente, a la media noche, había tomado el poder por televisión. Ante las cámaras y en cadena nacional, con la asistencia del presidente saliente Vicente Fox, dejaba claro que ya era el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Pero 14 años después el escenario es completamente distinto: López Obrador obtuvo en una elección 30 millones de votos, posee mayoría en esa misma cámara baja, que no visitaba desde el desafuero y su escenario para las elecciones intermedias no podrían ser mejor.
Irá a las urnas cobijado por seis partidos: Morena, Verde Ecologista, PT, PES, Redes Sociales Progresistas y Fuerza Social por México (aunque estos tres últimos tendrán que ir sin alianza, para buscar su 3% de la votación válida para continuar con su registro como fuerzas políticas nacionales ante el INE).
Por si lo anterior fuera poco, el Partido de la Revolución Democrática casi ya no existe, y no le queda de otra mas que hacer alianza con sus socios, Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, que son quizá, la única, pero muy disminuida oposición.
El PRI obviamente disciplinado ante el jefe, con su ADN de siempre: “son las horas que usted desee que sean, señor Presidente.”
Y si eso aún fuera poco, con una consulta popular, declarada constitucional, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde millones de mexicanos irán a las urnas para que se investiguen los presuntos delitos políticos del pasado. Oro molido para AMLO: tendrá maga ancha para poner ante al paredón a los que lo ningunearon por décadas.
Quizá la prescripción le hará ruido con Salinas y Zedillo, pero “el tiro” se es contra Fox y Calderón, que hicieron todo lo posible por eliminar al que hoy firma en la chequera.
Este opinador cree que la bronca no es contra el mexiquense Enrique Peña Nieto, no por un pacto de impunidad, sino porque no jugó rudo en la elecciones federales de 2018. Él sabía que no había nada que hacer, y hasta mando a un experimentado funcionario a competir, pero una tortuga electoral, que se fue hasta el tercer lugar de las preferencias.
Felipe de Jesús Calderón no tiene partido, ni prerrogativas, no tendrá curul -ni inmunidad constitucional-, ni esposa que lo defienda, y aquello de que es un perseguido político, ya nadie se lo compraría. Sólo tiene su cuenta de Twitter y su derecho de pataleo. Su cercanía a Genaro García Luna y al general Salvador Cienfuegos lo tienen acorralado.
Si no se va del país a dar clases al extranjero, quizá será el primer ex presidente de la vida moderna de nuestro país que veremos tras las rejas
Pero atención, en nuestro querido Estado de México, también aplica aquello de que no hay triunfos para siempre, ni derrotas eternas. Por eso, no deben confiarse los morenistas, ni el Grupo Texcoco, ni el Grupo Acción Política.
Sería caer en un lugar común decir que ya ganaron la gubernatura en 2023 la maestra Delfina, Horacio Duarte o Higinio Martínez, y que sólo falta conocer la decisión que tome el Presidente López Obrador, para saber a quién subirá a la boleta. Sería inocente pensar que el PRI ya se despidió del poder por adelantado.
Los recientes cambios en el Gabinete de Alfredo del Mazo sin duda son con miras a la próxima elección estatal. Ya pagó los favores de la campaña, y se desprendió de personajes que no ayudaban en nada.
La facultad constitucional del gobernador Del Mazo, es nombrar y remover a los miembros de su equipo, y eso precisamente fue lo que hizo: quitarse de encima a rémoras de la política, que se adhirieron al tricolor por años, pero que por fin fueron expulsados de la ubre del poder.
Hoy llegaron gallinas y gallos con experiencia, y que desde hoy ya planean cómo lograr que Del Mazo le entregue el poder a un correligionario. Y la ecuación es sencilla: si logra su objetivo, se convertiría en candidato único del priismo para las elecciones del 2024.
Una vez más, quien niegue esta tesis, quien la tome a broma o de plano se burle, recuérdele por favor que, no hay triunfos para siempre, ni derrotas eternas.
Con Valor y Con Verdad.-Es un gran honor participar en la edición inaugural de La Jornada Estado de México. Este diario es verdaderamente histórico y en sus páginas han escrito las plumas más brillantes de nuestro país y otras de talla internacional. A 30 años de iniciar mis colaboraciones escritas, acepto con gran humildad la invitación para, con toda libertad, ofrecer mi punto de vista. Gracias Carmen Lira, muchas gracias Diana Mancilla.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria