La puesta en escena Benito antes de Juárez, escrita por el dramaturgo Edgar Chías y dirigida por Esteban Castellanos, regresa a los escenarios de la Ciudad de México con una corta temporada del 25 de junio al 6 de julio en el Teatro Sergio Magaña, con funciones de miércoles a domingo.
La puesta en escena Benito antes de Juárez, regresa a los escenarios de la Ciudad de México con una corta temporada del 25 de junio al 6 de julio.
La historia se basa en una anécdota poco conocida, cuando en 1834, el joven de 28 años, fue encarcelado por defender a un grupo de indígenas de la sierra de Oaxaca.
Con casi 20 años de vida y más de dos mil funciones a nivel nacional e internacional, esta obra se ha consolidado como una propuesta fundamental del teatro mexicano contemporáneo.
Inspirada en una anécdota poco conocida que el propio Benito Juárez narró en Apuntes para mis hijos —su encarcelamiento en 1834, a los 28 años, tras defender a un grupo de indígenas en la sierra de Oaxaca—, la obra muestra al joven Juárez desde una perspectiva íntima y crítica.
“Este Benito no es el prócer solemne de los libros de texto, sino un hombre enfrentado a la injusticia, al racismo y a su propia incertidumbre existencial”, explica para La Jornada Estado de México, Esteban Castellanos, quien también interpreta al personaje principal.
La puesta, que cuenta con la participación de la actriz Beatriz Luna y la compañía Los Pinches Chamacos, ha recorrido escenarios en Estados Unidos, Colombia, Bolivia y El Salvador, así como múltiples estados de México. Su fuerza radica en una propuesta escénica directa y provocadora, que apela a la conciencia del espectador sobre el tema de la desigualdad y la exclusión; un tema aún vigente.
¿Por qué hay que ver Benito antes de Juárez?
“Porque todos tenemos una historia. La que nos contamos de nosotros mismos, y la que nos contaron en la escuela, esa de los héroes y los villanos, que ha moldeado nuestra psique. Nosotros queremos resignificar esa historia. Esta anécdota de Juárez es de 1834, pero sigue ocurriendo hoy. El racismo, la desigualdad y la exclusión siguen vigentes.”
El actor y director revela que el origen de la obra fue una búsqueda personal: “Yo soy hijo de oaxaqueños de la sierra norte. Mis padres hablan chinanteco. Al empezar este proyecto en 2006, tomé conciencia del racismo estructural que yo mismo vivía en la televisión, en el teatro, en la sociedad. Me pregunté: ¿quién soy?, ¿qué tengo en común con Benito Juárez? Y ahí comenzó el encuentro.”
El diseño sonoro de la obra corre a cargo de Rodolfo Sánchez Alvarado; el vestuario y la utilería son de Felipe Lara y Castellanos; la iluminación, de César Piña y el propio director; Belit Prieto asesora en lo vocal; el grupo Tribu interpreta instrumentos tradicionales; Isaac Pablo Hernández tradujo partes del texto al zapoteco, y Alma Curiel se encarga de la producción ejecutiva y coordinación técnica.
La inusual exposición
Benito antes de Juárez no solo expone las contradicciones del joven indígena, quien más tarde sería presidente de México, sino que también interpela al público sobre su propio papel en las estructuras sociales.
“El personaje le habla directamente al público. Lo cuestiona. Y eso incomoda. Hay gente que se molesta, que se siente expuesta. Pero ese es el objetivo: provocar conciencia”, señala Castellanos.
En un país donde los discursos racistas y clasistas siguen presentes, incluso desde quienes los niegan, esta obra se vuelve indispensable.
“El gran reto como actor es volver a vivir eso cada función, recordar que aún duele vivir en un país donde tu color de piel marca tu destino. Y eso lo vivió Juárez siendo presidente. Aún lo llamaban ‘indio’. Y hoy, casi dos siglos después, eso no ha cambiado del todo.”
Más allá del teatro
Para Castellanos, Benito antes de Juárez es una obra espiritual, transformadora: “Este Benito está en un punto donde su futuro es incierto. No es aún el hombre del pedestal. Está confundido, dolido, y tiene que encontrar su camino. Así como muchos mexicanos hoy”.
La obra también tendrá una función especial el lunes 7 de julio a las 18:00 horas en el Antiguo Senado de la República, en una invitación abierta al diálogo sobre historia, identidad y justicia social.
“Muchos de nosotros somos Benito antes de Juárez. Ojalá el teatro nos ayude a recordar que, en ese espejo, también podemos encontrar fuerza para transformar nuestra historia”, concluye el actor y director Esteban Castellanos.
PAT
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