Las celebraciones de Semana Santa en el Estado de México han generado efectos ambientales vinculados al desperdicio de agua y la contaminación del aire, según Sebastián Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), estas prácticas pueden afectar tanto a los ecosistemas como a la salud pública.
Rodríguez explicó que durante estas fechas se incrementa el uso de agua en actividades religiosas y recreativas. Mencionó que, el consumo de agua en municipios metropolitanos aumenta hasta un 30% respecto a semanas previas. Advirtió que esto agrava la crisis hídrica en zonas que ya enfrentan estrés por sequía.
“En Semana Santa, mucha gente usa agua sin control: lavan iglesias, llenen piletas para juegos o riegan calles para eventos. El problema es que el Edomex tiene regiones donde el agua ya escasea.
Hay cifras que muestran que en estas fechas se gasta hasta 30% más de agua principalmente en el Valle de México y de Toluca. El año pasado a pesar de la sequía hubo un 15% más de gasto, obviamente eso no es sostenible”, afirmó.
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Celebraciones de Semana Santa dejan contaminación en el aire
Sobre la contaminación del aire, señaló que se pueden llegar a registrar aumentos del 25% en estas partículas durante el Triduo Pascual. Subrayó que estas prácticas, aunque tradicionales, contribuyen a los riesgos respiratorios para la población.
“Hay que mencionar que Edomex tiene problemas graves, como otras zonas del país, en esta época incrementa has un 25%; no en todo el estado, hay zonas que en donde los niveles de PM2.5 superaron la normas hasta por ocho horas seguidas y como ya lo hemos comentado, estas partículas son las más dañinas para el sistema respiratorio”, comentó.
El investigador respaldó las medidas implementadas sobre la restricción de la quema de Judas en espacios públicos. Aseguró que estas acciones reducen la emisión de contaminantes.
“Yo creo que ahí sí se han dado resultados claros. Los monitoreos mostraron que el aire estuvo menos denso que en años pasados, pero también no es algo que se esté vigilando a detalle en todos los municipios.
Yo creo que, con base en los monitoreos, si ha habido una reducción en la contaminación como de un 40% en estos días desde que no se hacen las quemas”, apuntó.
El problema radica en el cúmulo de conductas y acciones
Respecto a soluciones, Rodríguez puntualizó que el problema no radica en las celebraciones sino que es un cúmulo de conductas y acciones, que condicionan el medio ambiente; principalmente las grandes industrias.
“No se trata de dejar de celebrar o que la gente no profese sus creencia. Es hacer conciencia y entender que hay acciones que no son estrictamente necesarias.
Ahora, tampoco se puede señalar del todo a las celebraciones cuando en una semana no contaminan lo que contaminan las fábricas en medio día, las acciones de las autoridades deben ser conjuntas pero sí creo que hay que empezar por ese sector”, concluyó.
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TAR