Chile manzano en el Edomex, un producto de tradición

La producción de chile manzano en el Estado de México (Edomex), tiene un fuerte arraigo en los productores de las zonas templada, donde a través de la ciencia y la tradición, se han vuelto uno de los mayores productores del país con una cosecha de aproximadamente 300 hectáreas al año.

Al igual que la mayoría del picante, el chile manzano es un símbolo de identidad para México; sin embargo, Luis Alberto Espinoza; productor de la entidad, señala que este fruto es proveniente de Perú, mismo que a través de la ciencia fue modificado en el Estado de México para dar origen a nuevas variantes.

Chile manzano en el Edomex

“El chile manzano originalmente es de Perú y en Chapingo un doctor hizo modificaciones del chile, nosotros trabajamos con una, en la que el chile es más redondo lo que también le gusta a la gente porque es un poco más grande.

Hay estudios que han demostrado que la capsaicina que contiene este chile mata a las células cancerígenas, además tiene vitamina C y otras propiedades, aunque la particularidad y lo más curioso es que no irrita el estómago”, señaló Espinoza.

Señaló que hace aproximadamente 10 años cambiaron los procesos de producción en la entidad, lo que derivó en el volumen de exportación para los agricultores, comenzando a tener un mayor impacto en el consumo nacional y en el fruto que sale del país.

“El cultivo originalmente se desarrollaba al aire libre pero por problemas fitosanitarios y también de calidad de comenzó a trabajar en invernaderos desde por ahí del 2012 lo que mejoró el producto y nos ayudó en el tema de la exportación porque también se comenzaron a conservar más chiles en buen estado”, explicó Espinoza.

Resaltan Coatepec, Tenancingo, Bravo y Donato Guerra

Señaló que las zonas templadas del Estado de México son las mayores productoras.

Toda vez que el cultivo necesita de clima húmedo, por lo que van desde Coatepec y Tenancingo, hasta Valle de Bravo y Donato Guerra.

Asimismo compartió que el cultivo necesita cumplir con procesos precisos.

Desde el tratamiento de la semilla hasta la cosecha, mismos en los que trabajan por más de medio año.

“Se inicia poniendo las semillas, las recoléctanos y en lo que nos fijamos es que sean frutos de buen tamaño, que se vean buenas, la planta por lo menos ya debe de tener 2 años de vida; porque eso te garantiza que no esté contaminada la semilla, se saca la semilla se deja secar por 30 días después la germinamos y en 60 días está lista para el invernadero y si es época de calor en seis meses puedes comenzar la cosecha”, concluyó.

SPM