De gran prosapia

Qué extraño caso ha sucedido en este tiempo. Por primera vez en la vida, tenemos que un grupo político alternativo, de otro partido distinto, pero no distante de este lugar, –en el que todos salieron del mismo, porque no hay ninguno de la derecha–, el más importante de la República Mexicana, de mi nación mexicana, está ahora en el gobierno. 

Esto es independiente a que venga una mujer a manejarlo. Me queda muy claro que, si es el o ella, tienen los dos el mismo poder, inteligencia y dignidad, para sacar adelante todo lo que puedan tener enfrente. Ahora le tocó por primera vez en la historia a una mujer. Enhorabuena. Todos vienen de un mismo círculo, además de social, empapado de política y más política. Ahora son de Texcoco. Allá donde el Rey Netzahualcóyotl.

Me queda muy claro que todos, en este grandioso Estado de México, necesitamos de todos. Así que, jamás podrán desechar la inteligencia, la sabiduría, el entorno, ni el oficio, que los mandos medios y superiores han tenido, tuvieron y tendrán, para manejar este lugar. 

Esta parte del territorio, es totalmente distinta. Los gestos de su gente, sus creencias, su religión, su proceder, su cultura, sus tradiciones son radicalmente distintas y distantes a lo que quieran manejar quienes vienen aquí. A mí me costó poco más de treinta años aprenderles. Y aún sigo haciéndolo. 

Aquí los reyes de las tribus, son otros. Y Toluca es la capital del Estado de México, sí, pero también de gran altura, situada en el centro del país. Con arquitectura colonial, su imponente Catedral de San José; el Palacio Municipal, miran a lo alto a la Plaza de los Mártires. Allá luego El Cosmovitral de nuestro amigo Leopoldo Flores, que la primera vez que me senté junto a él, le pregunté qué ¿quién era? y ya mero me mata. 

El imponente Xinantécatl que ve con orgullo a su tierra y a su gente. De lugares cercanos en donde la gente ha venido y se ha quedado. Y desde siempre les diré: o se adaptan, o se aclimatan, o lo harán.

El Rey Tolotzin los abraza con fuerza, es el Rey del fuego y del sol, de alegría y más sabiduría.  Es la tierra de los Matlatzincas que habitaron el valle que comprende parte de los actuales municipios de Toluca, Tenango del Valle, Tenancingo, y Temascaltepec. Sus centros ceremoniales más importantes fueron y siguen siendo: Calixtlahuaca, que es la “casa de la llanura” y Teotenango, que es el “lugar de las murallas divinas”. Decía que su Dios más importante es Tolotzin, Dios del fuego y del sol. Una de sus aportaciones culturales fue el calendario agrícola. Nada menor.

No les tocó estar con gente fácil. Pero son gente trabajadora y buena. Alegre, sabia y como dice su himno, de gran prosapia. 

Así que, dentro de la administración pública, gente que viene, no se puede dar el lujo de ir poniendo a quienes “aprenden rápido los trabajos que tienen que hacer”. Ni en las secretarías, ni en las direcciones generales. Ni en los mandos medios. Aquí no es de aprender rápido. Es saber qué, cómo, cuándo, dónde y a qué hora y con qué hacerlo, y hacerlo bien. A las pruebas me remito. Ya tendrán quien los juzgue a ellos, pero en principio, lo primero primerito, es que el rey Tolo, azorado, atónito y estupefacto, por primera vez en la vida, les da la bienvenida. Y esto es maravilloso para ellos. Es su primera oportunidad. 

Ya sé que estarán quienes vinieron a gobernar todo el Estado, pero los poderes están aquí. En este lugar que se llama Toluca. Están en el centro del país. En el centro de este México mágico, y del centro del universo. 

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