“No nos moverán” es hoy una película mexicana que acaba de ser estrenada en nuestro país, pero es mucho más, es una historia que comenzó como muchas de las cosas que los hijos hacemos en México, como una historia familiar que impactó a la madre del cineasta Pierre Saint-Martin Castellanos, quien honrando el vínculo, rememora el fallecimiento de su tío en 1968,cabe aclarar que su familiar no fue de los militantes del movimiento estudiantil, sin embargo, la historia se convirtió en una cicatriz que permaneció en la familia.
Todo inició cerca del 2018, con la carga emocional del 50 aniversario de ambos acontecimientos. La creación de un guión coescrito por Pierre e Iker Compeán Leroux, a partir de un texto pre-escrito por Saint-Martin y Paulina Romo. La aportación de Compeán Leroux es convertir de un argumento con cierta oscuridad a un guión cinematográfico que hace gala de situaciones humorísticas, que poco a poco enamoraron al cineasta.
Saint Martín invitó a Víctor Leísegui y a Male Gil, quién de hecho es hija de un miembro del Consejo General de Huelga por la Facultad de Medicina, y sobreviviente de la masacre, a producir. Más tarde se sumó Luis Maya, como director de Casting que logra amalgamar a un equipo de ensueño que hace que esta historia con urgencia de ser contada sea un hilo conductor plenamente reconocido por los que somos hijos de esa generación que puso el dedo en la llaga en un acontecimiento en el que instituciones que debían proteger a la ciudadanía actuaron como verdugos de la misma, el pueblo agrediendo al pueblo, en un momento en que los jóvenes mostraron su hartazgo del mundo entero y en el que los ojos de la humanidad estaban puestos en México por la cercanía de las Olimpiadas del 68.
La experiencia de los involucrados: la maestra Luisa Huertas,quien de hecho estudiaba el segundo año de la carrera y que militó por el lado de los estudiantes en su momento, Juan Carlos Colombo, Agustina Quincy, José Alberto Pichardo, Alberto Trujillo y muchos otros, que hacen que no haya un solo minuto de desperdicio. Su trabajo de filigrana y su compromiso genera una inmediata familiaridad que provoca que la historia sea completamente entrañable.
Dice la Maestra Luisa Huertas, “el del 68 era un movimiento de jóvenes, nuestro pliego petitorio comenzaba con las palabras “LIBERTAD, PRESOS POLÍTICOS.” Lo que generó que diversos sectores, obreros, nuestros maestros, todas las escuelas, se unieran a él.
Era muy fuerte y muy emocionante estar colaborando. Teníamos mucho miedo. Ser joven era peligroso. El dos de octubre nos vapuleó a todos y esa herida sigue abierta.”
Mi invitación es a asistir a los cines a apoyar una apuesta por las historias que valen la vida contar y a ver la entrevista completa para conocer más del crew y del cast aquí: https://shorturl.at/aCoBH
Mis amados itacenses y si así no lo hicieran: Que la nación se los demande. Hasta la ternura, siempre.
PAT
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