“Decir ¡basta!”

Ser adulto o adulta es ser responsable de ti, elegir lo adecuado para el bienestar de tus relaciones, pero no hacerte cargo de los errores o las decisiones de los y las demás.

A veces, tienes que preguntarte porque te sientes demasiado cansado, porque no estás motivada, mirar que te está pasando.

Y en esos momentos en los que la carga es muy pesada y estás a punto de que se rebasen tus límites o porque ya se rebasaron, tienes derecho a validar tus emociones, admitirlas y gestionarlas correctamente para no cargar con ellas al grado de que se conviertan en un estado de ánimo casi permanente, tienes derecho a enojarte, cansarte y marcar tus límites, tienes la responsabilidad contigo de pensar en ti y transitar tu tristeza si lo requieres, no tienes la obligación de sostener lo que te está destruyendo, mucho menos en nombre del “amor”… entre comillas, porque el amor verdadero no se lleva tu salud ni tu vida en el camino.

¿Quieres hacer una pausa de todo (o alguna parte) en tu día con día? ¡Hazlo con inteligencia emocional!

La inteligencia emocional no te invita a robotizar tus emociones, negarlas, controlarlas o reprimirlas, todo lo contrario.

La IE (inteligencia emocional) es la capacidad para reconocer, gestionar y expresar tus emociones de manera adecuada, como es de suponerse, si incrementas y fortaleces tu IE será menos probable que llegues a un punto de no querer saber de nada y bajarte del barco para tomar otro, pero, hay un pero importante, en ocasiones, hay que aceptarlo, aún con IE hay situaciones que detonan un deseo de alejarse de todo, no saber de nada, incluso, una necesidad de hacerlo, y ¿qué crees? Es válido.

Solo que para no complicarse más la vida hay que hacerlo de manera adecuada, ¿cómo?

Toma tiempo fuera y distancia de lo que te ocasiona lo que sientes, el aire fresco te hará relajarte y poder volver con más tranquilidad para enfocarte en las soluciones.

Escribe en un papel lo que sientes, ¡Lo que quieras! Después lo rompes, lo tiras, ¡no lo envíes, aunque sea una carta!

Llora, grita a solas, ve a una clase de box, camina descalza en el césped, baila, detecta y aléjate de conductas desadaptativas (que afectan tu salud y pueden poner en riesgo tu integridad), y mientras no le causes daño a nadie y tampoco a ti, si quieres mandar a pausa, no te lo reserves, detecta que te hace sentir frustrado, cansada, decepcionade… No se trata de abandonarlo todo porque eso no es conveniente para ti, después tendrás más problemas, trabajo acumulado, deudas… así que si lo necesitas ten claro lo que vas a poner en pausa o a qué vas a renunciar, nunca a todo.

Aunque estés agobiado, busca apoyo, habla con alguien que te brinde contención y compañía, si quieres estar solo, cuídate, come bien, duerme, se trata de hacer una pausa para renovar tus fuerzas y energía no para abandonarte o enfermarte.

Cómo te decía, aún las personas con IE tienen derecho a decir: ¡Basta! Y romper con lo que les está haciendo daño, con asertividad, claridad, sin culpa.

Revisar creencias que te hacen creer que debes tolerarlo todo, que debes rebasar tus límites y distinguir que es por esto que puedes llegar a poner en riesgo tu bienestar físico y emocional.

Darte el permiso de hacer una pausa sin renunciar, y regresar con la fuerza y estabilidad que se recupera cuando se sabe hacer parar a tiempo y colocar punto final antes de que ya no puedas más, y aún si puedes más, pero estás mal, vale la pena decir: Basta.

Un abrazo

Lore Patchen

Psicoterapia presencial y en línea.

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