Le tengo un profundo respeto a los notarios de este país. Casi a todos. Son seres con un honor a prueba de toda duda. Son unos profesionales del derecho, sobre quien, por su buena reputación y vida honorable, el Estado como la ciudadanía, les han confiado sus bienes, sus secretos y su vida. Así les otorgan una facultad que saben, que no se violará jamás.
Recuerdo cuando llegué al Estado de México en 1989, que hubo la conmemoración del 15 de septiembre y que yo fui arropada por los Benítez Treviño ese día. Allí, asomados todos por el balcón de un secretario –no recuerdo quién- que nos prestó su oficina, estábamos todos, gozando nuestra primera fiesta. Ellos eran Humberto, Rosa Linda, con dos chiquitos y una bebita, que estaba vestida como china poblana.
Y todo esto viene a cuento, porque hace unos días, hubo un cambio en la mesa directiva del Colegio de Notarios. Quien fue electo como presidente, fue precisamente ese chiquito que hace 35 años me encontré en el camino: Humberto Benítez González. Lo acabo de ver en un desayuno y me pareció un inteligente, sensible y muy digno ser humano, al que le pedí que me dijera qué se iba a proponer hacer en este tiempo en el Colegio.
Me mandó a grossomodo, estas notas que quisiera compartir con ustedes. Él es, pues, quien abogará porque las y los notarios de este Estado, sean más que dignos ayudantes de la ciudadanía, y emprendedores de un nuevo momento de vida de los mexiquenses, con el apoyo permanente de la Señora Gobernadora. Que así sea, pues.
Entonces, me dijo: “En la misión social del notariado, las caravanas itinerantes han sido fundamentales para acercar servicios y trámites a la población, ofreciendo más de 256,000 gestiones con descuentos. Estas acciones han fortalecido la inclusión social y la equidad, garantizando que los mexiquenses accedan a servicios esenciales sin barreras económicas. Además, han promovido la participación ciudadana y la confianza en las instituciones, demostrando el compromiso del gobierno estatal con el bienestar de la comunidad.
El ambicioso e histórico Programa Nacional de Vivienda para el Bienestar (PVB) de la doctora Sheinbaum tiene en el centro a los mexiquenses. Es clave por nuestra realidad demográfica y demuestra las acertadas gestiones de nuestra Gobernadora. Una transformación social reconoce los centros urbanos, donde más se necesita vivienda y servicios cercanos a la población. Solo la construcción de viviendas nuevas, del PVB, contempla 1 millón de acciones de regularización a nivel nacional. Vivienda habitable. Para el 2025, la meta sería entregar las primeras 120 mil escrituras en todo el país.
Esto pone al Estado de México y a su notariado en la primera línea de batalla para atender el grueso de esa gran demanda, con un componente legal pero también social. “Por el bien de todos, primero los pobres en el Edomex”: Una propiedad regularizada es la mejor garantía de seguridad patrimonial y de protección para el país y para los mexiquenses.
Lo tenemos claro, sabemos de la importancia de encontrar un camino que armonice una transformación social, con el Estado de Derecho y el progreso. El derecho como herramienta para conducir a la sociedad en ese camino. Los notarios aseguramos la legalidad, validez y seguridad jurídica de los actos y documentos mediante la formalización pública, garantizando la protección de los derechos de los ciudadanos y el interés social.
gildamh@hotmail.com
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MPH