A dos años del feminicidio de su hija, Rosa, Elisa Valdés insiste en obtener justicia para ella y sus nietos quienes quedaron a su cuidado y el de su esposo.
Elisa Valdés Ramírez pide justicia por su hija Rosa Valles Valdés
Elisa Valdés Ramírez perdió a su hija Rosa Valles Valdés en 2023, cuando fue asesinada a las afueras de un salón de fiestas en San Mateo Atenco. Desde entonces, ha insistido en la búsqueda de justicia, sin recibir avances por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Con el respaldo de otras mujeres que también han enfrentado la pérdida de una hija, se integró al Colectivo Flores en el Corazón para exigir que su caso no quede impune y para acompañar a sus nietos, quienes aún preguntan por su madre.
Se unió al colectivo con una convicción firme; transformar el dolor en fuerza común. Desde que su hija Rosa fue asesinada, no ha dejado de exigir que su caso no quede impune, y con otras mujeres busca visibilizar lo que viven cientos de madres en situaciones similares.
Un ataque que cambió todo
Rosa Valles Valdés tenía 22 años cuando fue asesinada en el municipio de San Mateo Atenco, Estado de México. Según su madre, los hechos ocurrieron a las afueras de un salón de fiestas llamado Mambora, en el barrio de Santa Juanita. Desde entonces, la familia no ha recibido respuestas ni avances sustanciales por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Aquella noche, una llamada telefónica rompió la rutina familiar. El esposo de Rosa alertó a la familia sobre una balacera. Cuando llegaron al lugar, Rosa ya no tenía signos vitales. La madre recuerda ese momento con detalle.
“Ese día mi hija salió a bailar con su esposo, creo que fue su esposo el que marcó a la casa porque había habido balacera, y ellos salieron y los atacaron directamente, mi hija fue la persona que falleció”, explicó.
Elisa asegura que su hija no había recibido amenazas previas y que, hasta la fecha, desconocen quiénes fueron los agresores. La falta de información oficial ha sido una constante desde el inicio de la investigación.
“Ella tiene a sus dos niños e igual no reciben apoyo de nadie ni de nada. Como le decía, ella estaba casada y tenía a sus dos hijos”, relató.
Niños que preguntan por su mamá
Rosa dejó a dos hijos, uno de ocho y otro de nueve años. Desde su muerte, los abuelos maternos se han hecho cargo de ellos. El esposo de Rosa, según Elisa, se distanció poco tiempo después del homicidio y dejó de ver a los niños.
“Nosotros nos quedamos al cuidado de ellos, mi esposo y yo. Su esposo casi a los dos meses se juntó con otra persona y ahorita ya no ve a los niños y del caso no sabemos nada, no hemos tenido ningún avance ni se da con los responsables de ella, y nosotros queremos justicia para ella y para sus hijos, porque sus hijos son pequeños”, comentó Elisa.
La ausencia de Rosa no ha pasado desapercibida para los menores. Las preguntas son constantes. La familia intenta dar consuelo, pero el vacío que dejó Rosa es profundo.
“Nos preguntan por su mamá, que dónde está su mamá, que por qué le pasó eso a su mamá, ellos la buscan mucho. Yo tengo cuatro hijas más y ella se dedicaba al hogar, estaba por entrar otra vez a una planta, porque ella trabajaba en una fábrica”, relató.
Exigir justicia también es criar con dignidad
Elisa insiste en que su exigencia de justicia no es solo por Rosa, sino también por los dos niños que crecieron sin su madre. Ella y su esposo asumen todos los cuidados, emocionales y económicos, mientras observan cómo el caso permanece estancado.
Pese al desgaste y al dolor, Elisa se mantiene firme en su postura. Ha escuchado comentarios que buscan responsabilizar a su hija por haber salido esa noche, como si la violencia fuera una consecuencia inevitable de vivir. Ante ello, responde con claridad.
“Hay mucha gente que dice que por andar saliendo, por un rato, pero son cosas que nadie sabe. Si nosotros supiéramos lo que nos puede pasar al salir de casa, pues de plano no saldríamos. Yo pido justicia para mi hija y que esto no se quede así, porque siempre pasa lo mismo y solo entre mi esposo y yo estamos sacando a nuestros nietos”, relató.
La Fiscalía no ha respondido a su solicitud
De acuerdo con los informes oficiales, una presunta balacera registrada a las afueras de un salón de fiestas en el barrio de Santa Juanita, municipio de San Mateo Atenco, dejó como saldo una mujer sin vida y tres personas más lesionadas.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 4:00 horas en la calle Reforma, casi esquina con Paseo Tollocan. La víctima fue una mujer de 22 años, así como otros tres jóvenes, uno de 26, otro de 18 y un menor de 15 años.
El cuerpo de Rosa quedó sobre la calle, mientras los presuntos agresores se dieron a la fuga. En el lugar también se localizó un vehículo y varios casquillos percutidos, los cuales fueron recogidos por peritos horas más tarde.
Han pasado más de dos años desde el asesinato de Rosa. Elisa y su familia siguen esperando una respuesta que no llega. Las autoridades no han informado de avances, los responsables no han sido identificados y los niños siguen creciendo con la ausencia de su madre como una sombra constante.
Elisa no se resigna. Participa en marchas, acompaña a otras madres, responde entrevistas, levanta la voz cuando puede. No busca venganza, busca la verdad. Busca justicia para Rosa, para sus nietos, para ella misma y para tantas mujeres que, como su hija, no regresaron a casa.
PAT
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