Su juventud no sorprende. Sí llaman la atención los logros acumulados en los últimos 17 años en lo académico, profesional, laboral, electoral, de empeño paritario y feminista contra la violencia de género, en favor de la democracia.
Con emoción en los ojos color miel, Gloria Martínez Mendoza, actual secretaria técnica de la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, explica su empeño por participar en esta elección.
Gloria Martínez, joven aspirante a Magistrada Electoral
Con una sonrisa, extiende un volante colorido con su fotografía. En el anverso, ella; en el reverso, una copia de la boleta electoral.
“Estoy en el número cuatro y contiendo para magistrada de la Sala Regional (CDMX, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala), porque toda mi vida, desde niña, he vivido absorta en el mundo jurídico. Aspiro a la justicia, la libertad, la democracia”.
Y agrega en tono confidencial:
“Cuando era niña leía la Constitución, y todo lo que decía me sonaba hermoso, como poesía. Me conmovía. Siempre quise, desde muy pequeña, ser abogada, desde los tiempos en que ni siquiera imaginaba lo que es”.
El CV sí importa
Pero con el tiempo lo aprendió. El currículo académico impresiona.
Diplomas, seminarios, estudios de posgrado y talleres en las universidades George Washington, en Estados Unidos; Complutense, en España, de Buenos Aires, en Argentina; la Universidad Nacional Autónoma de México, con una gran variedad: Derecho Electoral, Democracia, Derechos Humanos, Violencia Política de Género, Igualdad y No Discriminación y Comunicación Política…
—¿Y si todo eso se hubiera ido al caño por no haber sido afortunada en una tómbola, sería justo?
—Lo que creo es que las nuevas reglas nos van a permitir un ensayo cuyo propósito es justo: mejorar el sistema de justicia. Yo creo que la mayoría de las personas —al menos con las que he hablado en mis recorridos de presentación ante los electores, que no es una campaña en los términos tradicionales, porque no hay tiempo ni dinero para viajar tanto— me han dicho lo mismo: es bueno conocer a los jueces (as), a los ministros (as), a los magistrados (as). Como todo lo nuevo, causa un poco de desconfianza.
—¿Y esta reforma, cuya estructura, operación y resultados jamás ha sido probada, garantiza esos valores?
—Yo contiendo en este tiempo porque es el que me ha tocado vivir. Inicié mi desarrollo, profesional en las anteriores condiciones y con ellas crecí. Ahora hay otras, pues vamos a seguir avanzando. Mi afán no ha cambiado: actuar en favor de la libertad y la justicia, con la ley en una mano y la sensibilidad social en la otra.
“Creo que la reforma no merece críticas todavía, porque estaríamos censurando algo que no ha sido puesto a prueba y que, en todo caso, se puede mejorar”.
—¿Y las personas de dudosa trayectoria que se incluyeron en la lista del Senado? Ahora ya están en la boleta y la autoridad electoral no las puede quitar ¿No daña eso el proceso?
—Yo creo que la autoridad electoral (INE, TEPJF) es lo suficientemente fuerte para corregir los errores y hasta las desviaciones, si las hubiera.
—¿Y usted tiene fe en la reforma?
—Tengo fe en la oportunidad de participar, ganar y ofrecer una justicia como la imagino: que el ciudadano sea visto y pueda ver. Debemos todos conocer nuestros rostros: los juzgadores y los justiciados. Vernos las caras unos a otros. Una justicia con rostro humano. En eso creo. Eso haré si gano.
—¿Y si no gana?
—Seguiré trabajando por la justicia donde quiera que esté. Toda mi vida. Nada más.
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MPH