La reforma electoral como moneda de cambio

Observatorio electoral

Debido a la trascendencia de su contenido, la iniciativa de cambios constitucionales en materia comicial, presentada por el presidente AMLO en abril pasado, y que ahora se discute en el Congreso de la Unión, se ha convertido en un asunto de sumo interés nacional. En la semana pasada generó muchos posicionamientos políticos, a favor y en contra. Por lo que representa en la lucha por el poder en el futuro, también se ha convertido en una moneda de cambio de varios actores políticos, a nivel nacional y a nivel local.

La iniciativa mencionada pasa por el Estado de México, donde podría tener serias repercusiones. Esto en caso de que el PRI nacional negocie con Morena una reforma electoral en las cámaras legislativas federales, que represente para el primero suficientes beneficios políticos e incluso la supervivencia política en suelo mexiquense. Por esta razón, su potencial aliado más fuerte, el PAN, ha puesto como condición para que compitan juntos por la gubernatura, que el PRI no apoye la iniciativa presidencial en materia comicial.

Desde luego que no es una ecuación sencilla de resolver: si el PRI se suma a Morena y aliados, para aprobar la reforma electoral, Alejandro Moreno ganará el favor presidencial, pero sin alianza con el PAN y el PRD los números no le alcanzan para retener la gubernatura del estado más importante del país, en términos electorales. Sin esta alianza prácticamente solo tendría esperanzas de mantener la de Coahuila en 2023.

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La entidad mexiquense es una pieza fundamental en el ajedrez político que juegan los actores políticos nacionales y locales, en torno a la reforma electoral. Incluso la gubernatura del estado podría ser una de las monedas de cambio si el PRI apoya la iniciativa presidencial. No hay que olvidar que en 2017 Morena hizo muy pocos esfuerzos para limpiar las irregularidades ocurridas durante el proceso electoral, porque no lo consideró prioritario.

El principal objetivo de Morena y de AMLO era ganar la presidencia de la República. La campaña por la gubernatura, encabezada por Delfina Gómez, fue solo un peldaño más en esa carrera por el poder. Le sirvió al entonces virtual candidato presidencial para estar presente en gran parte del territorio mexiquense y seguir siendo foco de atención mediática, a nivel local y nacional. Al final de cuentas consiguió ese objetivo.

Aunque es difícil que la reforma electoral sea aprobada en los términos en que fue enviada por el presidente AMLO, lo más probable es que haya al menos una aprobación parcial, a cambio de beneficios para varios líderes políticos, especialmente del PRI, e incluso impunidad por los diversos delitos de los que han sido acusados. Ya se ha visto que el gobierno federal dispone de muchos recursos para doblegar la voluntad y resistencia de algunos políticos opositores. Basta con recordar la reciente reforma para mantener al ejército en tareas de seguridad pública hasta 2028.

En virtud de las buenas relaciones entre el gobernador Del Mazo y el presidente de la República, no hay que descartar el apoyo de la mayoría de los diputados mexiquenses a la reforma electoral, tal como pasó con el mantenimiento del ejército en las calles. Es obvio que varios actores políticos tratarán de sacar mucha raja política de la discusión y probable aprobación de la reforma electoral. Sin duda, los mayores beneficios serán para el que juegue bien el ajedrez político, el que use mejor el poder o el que tenga más capacidad de chantaje.

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