Oprah Winfrey

Con singular alegría

Escribí hace unos meses atrás este artículo que, al abrirlo hoy, me llamó la atención. Nunca lo publiqué. Pero entiendo que, si alguien es admiradora, y siente respeto por esta mujer, soy yo. Hoy le voy a hablar de Oprah Winfrey, quien es una presentadora de televisión, productora, actriz, empresaria, filántropa y crítica de libros estadounidense de la más alta calidad. Todos esos títulos y su carrera y su transitar por la vida, se los ha ganado a pulso. Todo lo que ha hecho, le ha costado sangre, sudor y lágrimas. Aún recuerdo su actuar en la película “El Color Púrpura”, en donde describe la tristeza por la que vive una mujer sola, pobre, gorda, olvidada y negra… en los tiempos en que no había una singular apertura para la agente de color: el siglo pasado. 

Oprah fue varias veces ganadora del Premio Emmy por su show The Oprah Winfrey Show, el talk show más visto en la historia de la televisión. Además, es una influyente crítica de libros, actriz nominada al Premio Óscar y editora de su propia revista. Según la revista Forbes, fue la persona afroamericana más rica del siglo XX y la única de origen negro en poseer, en el mundo, más de mil millones de dólares durante tres años consecutivos. También se dice que fue la mujer más poderosa del año 2005 según Forbes. 

La revista Life la ha calificado como la mujer más influyente de su generación 5 y la revista Time la ha nombrado una de las cuatro personas que han dado forma al siglo XX y al inicio del siglo XXI. En el 2005, la revista Business Week la calificó como la más grande filántropa de origen negro en la historia de los Estados Unidos.6 En el 2010, la revista Forbes la estimó como la famosa más influyente del mundo. 

Cuando vi en su propio programa que Oprah se iba, se despedía, nos abandonaba, nos dejaba, renunciaba, decía adiós, después de largos 25 años de carrera ininterrumpida, se me llenaron los ojos de lágrimas. 

Tal vez para usted no es un nombre siquiera conocido, pero para la mayoría de los afro-americanos es el estandarte de la lucha constante, cotidiana, tenaz y con rabia y valentía… de una mujer que supo salir adelante. 

Cuando ella empezó sus programas de televisión, las cosas en América, no eran fáciles como hoy: por supuesto no había sido elegido un presidente afro-americano. Y no solo eso. Ni siquiera se hubiera imaginado uno que podría haber. Había muchos y muy severos contrastes de discriminación entre los seres humanos. Los hombres y mujeres del mundo, con la designación de ese presidente hace años, se volvieron más iguales. Porque nunca debía haber habido una diferencia entre blancos, negros, cafés o amarillos. El ser humano es simplemente alma, voluntad e inteligencia. 

Entonces pienso en Oprah y en el poder que tendría al poner orden en la vida de nuestro país vecino, y a todo el mundo que rechace no solo a un afro-americano, sino a muchos de nuestros connacionales poniéndoles boyas con navajas en el Río Bravo, para que no pasen. Infelices. ¿Qué no podrá regresar Oprah a poner orden? 

gildamh@hotmail.com