Tolbe representa al “Rojo” y Toluca con pasión

Antonio García Ramos, mejor conocido como Tolbe, es un artista originario de Toluca, un enamorado del grafiti que ya bien tiene los perfiles de ilustrador, diseñador, tatuador y muralista que ha llenado de color las calles del Valle de Toluca con murales dedicados al equipo de la ciudad, los Diablos, pero que también se ha vuelto un exponente de la zona en México y fuera del país.

Tolbe representa al “Rojo” y Toluca con pasión

En la primaria, como muchos niños, comenzó su afinidad por el dibujo, pero fue alrededor de los 14 años que comenzó a descubrir el grafiti, en ese entonces como apasionada del “Rojo”, su interés estaba en el futbol, lo practicaba y lo veía, pero el destino puso dos latas de pintura frente a él para hacerlo experimentar emociones que nunca había conocido.

Sus primeras pintas

“Fue una casualidad de la vida, un día estaba afuera de la casa de mis papás, una de mis tías estaba construyendo su casa y en una parte encontré dos aerosoles tirados, ya estaban por terminarse y la verdad no sabía cómo funcionaban e intenté pintar en un muro, la sensación fue muy diferente a muchas cosas que había sentido.

“Esa fue mi primera experiencia con el aerosol, yo no sabía del grafiti ni de nada, fue una adrenalina que nunca había sentido, porque también lo vi como una travesura”, recordó.

Todo quedó en una experiencia hasta ese entonces, pero la emoción se había quedado guardada dentro de él. Fue hasta la preparatoria cuando se reencontró con el grafiti viendo las pinturas que realizaban en un muro algunos de sus vecinos, lo que lo “marcó”.

“Ya cuando iba en la prepa vi a dos de mis vecinos hacer grafiti y ahí fue cuando me causó el impacto… creo que si no hubiera visto a estos amigos hubiera tardado más o tal vez no me hubiera llamado la atención”, comentó.

El artista de 35 años detalló que en esa época la única forma de aprender era ser autodidacta, lo que ponía a prueba su pasión, pues incluso la cultura de esta vertiente no se había desarrollado en el país lo que hacía difícil encontrar revistas especializadas; sin embargo, no quitó el dedo del renglón en su andar artístico.

Fue a los 15 años se atrevió a pintar su primer muro en una expo realizada en Toluca, de ahí han pasado 20 años sin parar, pero reconoce que la primera vez fue lleno de emoción e incertidumbre.

“Recuerdo que en esas revistas a veces venían eventos que ya se hacían en México y la primera vez que pinté fue frente al Parque Urawa, me preparé con meses de anticipación, aunque nunca había practicado. Recuerdo que yo llegué muy temprano, todavía ni los organizadores llegaban.

“Hice un dibujo que tenía en mi libreta, de cosas que primero veía en revistas y de ahí interpretaba una mía, pero sí hubo cosas copiadas, pues ni siquiera sabía que había válvulas especiales y solo pedía las mismas que veía que compraban los demás, me tocó que se burlaran de mi trabajo y lo dejé unos meses”, mencionó.

Altibajos

Alrededor de 5 meses pensó en abandonar lo que, en ese entonces, era una nueva pasión; sin embargo, en los mismos vecinos que encontró la inspiración para adentrarse en este “mundo” halló las palabras de aliento para no claudicar.

“El vecino que vi pintar me dijo que le echara ganas, que así se empezaba y que no todos nacían para eso, pero que no lo iba a saber sino lo intentaba, eso fue una motivación, pasaron muchos años y seguí pintando. Al principio no noté mi evolución porque yo solo me aferré a hacerlo”, dijo.

Fue abriendo su panorama y para cuando llegó su época de universitario optó por profesionalizarse en el diseño, desde entonces, entendía que este no tenía tanta relación con el arte que le apasionaba, pero lo vio como una apuesta al futuro, pues en ese tiempo todavía no había tantas herramientas para ilustrar en esa época.

Combina ambas pasiones

Durante ese lapso se fue alejando del Estadio Nemesio Díez para apoyar al Toluca, su otra gran pasión; sin embargo, regresó a donde había encontrado la felicidad desde niño como un escaparate de su día a día, allí, se le abrió una nueva puerta para profesar su arte.

“Desde que era muy chiquito mi papá me llevaba al estadio cada 15 días, después con los de la Perra Brava y recuerdo muy bien, antes de empezar a pintar, cuando bajaban la bandera la emoción que sentía. Después cuando empecé a pintar dije que algún día le iba a hacer un trapo enorme para que bajaran, era un sueño”, comentó.

Llegó la invitación para sumarse a realizar algunos tifos que obtuvieron el reconocimiento a nivel nacional de las personas, y ya involucrado en la pasión de fútbol, comenzó a realizar murales en homenaje al equipo de sus amores.

Tolbe mencionó que son de 12 a 15 murales dedicados al club que realizado y ha colaboró en 5 de los famosos tifos de los grupos de animación, siendo un homenaje a Cardozo su primer mural.

“El grafiti para mi es todo, ya no es un estilo de vida, sino que es mi vida entera porque me ha dado todo, ha llevado un plato de comida a mi mesa, trabajo, viajes y amigos. También me ha quitado cosas, pero es parte del sacrificio que hay que hacer para sobresalir en algo que tú quieras, y se vale, pero podría decir que esto es el amor de mi vida.

“Me veo a los 60 años todavía pintando, en murales y si por algo de la edad ya no puedo ocupar las latas, hay pinceles, siempre me veo pintando”, confesó.

Finalmente, en cuanto a la visión del grafiti como arte consideró que las perspectivas son variadas por parte de la gente; sin embargo, la actualidad de los murales está en el aerosol, manteniendo la esperanza de que en algún momento haya un representante local que demuestre en todas las latitudes que en la región hay artistas en esta área.