Domingo de un nuevo año… A kiss is still a kiss
Con singular alegría
Te amo, más allá de mis posibilidades. En el centro del universo. Con ese candor de las alas delgadísimas de las aves blancas, que vuelan alrededor mío. Con ese susurro prodigioso que me dice que estás.
Te amo porque me dio la gana hacerlo hace años. Te presiento en la luz de todo lo bueno de la vida. Porque un último del año, de sopetón y sin previo aviso, el universo me regaló que vives. Que eres. Que respiras. Que existes. Que sientes. Y eso, además de milagro, es una promesa de que Dios te tiene en la memoria. Qué alegría.
Con esa misma luz de tus ojos claros, que se cierran cuando besas. Como cuando me enamoré de ellos, junto a los presagios de una luna en el invierno, que brilla y aparece desnuda entre las nubes, con todo y su conejo dentro. Te regalo mi luna, Pato: roja, magnífica, triunfante. Ojalá y quepa en tu casita.
Te he querido toda una vida. Y eso significa desde siempre, para siempre. Eres un espejo en el que me encuentro reflejada. Como cuando te pienso tan yo como yo.
Acabo de descubrirte
adentro del pensamiento
sol florido
agua clara
mar adentro
Transparencia colocada
al final del universo
Acabo de descubrirte
al otro lado del espejo
¿Por qué no hemos estado más tiempo juntos? De jóvenes dos años… y después nada. Somos ese instante en el que Sabines escribe: “Podrías haber llegado cinco años antes, o cinco después, pero llegaste a tiempo”. Se irá poniendo en orden ese pronóstico, premonición anunciada, que creí, un día que escribiste a principio de año: te amo. Dicen que el tiempo todo lo cura. Yo espero. Ahora que estoy todavía. Que te extraño sin haberte tenido jamás.
Y te lo tengo que decir. Porque sí, porque en una noche como ésta, lo único que se me antoja es tenerte aquí junto y abrazarte hasta que duermas. Que mueras conmigo y que resucites de nuevo.
¿Hacer el amor contigo? Lo he hecho de mil formas. Pensadas y no. Pero es más creíble esta comunión con tu alma solitaria que de repente me deja vivir libre. Desato para siempre libertad hasta que duela. No sé qué es más importante, si sostener una mano, o encadenar un alma.
Podría, tendría ganas de que estuvieras aquí junto y solo abrazarte. Arrebato a diario para ti, bendiciones hasta que sobren y abunden.
Lo mismo tú que yo: así como observaste años enteros a las mujeres, a mí me vieron igual los hombres. Fui coraza insumisa cuando algún búho intentó poseerla. Nada. Poner el pico en la nostalgia. Artemisa encadenada.
Veo tus largas manos blancas componiendo un despedazado mundo. Juntando de nuevo esa vida tan vivida. Me duele brutalmente y no sé ni cómo decírtelo. Pero mi presagio es que regresas a curar a quien se acerque. Don de Dios. Sé que algún día lo harás. Lo pido con toda mi alma al infinito. Será. Perdonarás.
Reconstruyo el tiempo.
Miramos.
El espejo mágico se ha roto
Rodó por la escalera de la vida
En las moléculas deshechas
Veo pedazos brillantes
A la distancia,
luz.
Esta Pato, es tu casa. Este es el lugar que siempre te esperará. Eres por y de aquí. Esta tierra a la que le dimos y nos dio de comer; la que te vio nacer, crecer, vivir. La de tus padres y la de tus hijos. Nadie te la puede arrebatar. Y si esto vale tu paz: te regalo un pedazo en este espacio que me hice, para que nada se atreva a traspasarlo. Eres mi amigo de toda la vida. Serás más que bienvenido. Así alguien verá mi luna, y regará mis poemas, cuando ya no esté.
¿Cómo es que con tantos seres brillantes en tu planeta, tan pocos reconocen que cuando la vida encuentra turbulencias, aguas agitadas, o reveces, siempre es una señal de que las cosas están a punto de ser salvajemente mejores de lo que han sido antes?
Recojo
allá lejos
un halo de ti
Y sin miedo
corro y encuentro
Así termino mi día
***
Descansa ahora. Mañana viviremos de nuevo.
DMM
