Fobaproa

Sin titubeos

Durante muchos años, Andrés Manuel López Obrador tuvo como bandera de lucha política el Fondo Bancario de Protección al Ahorro, mejor conocido como Fobaproa, un fondo de contingencia creado en 1990.

Creado por el gobierno mexicano, en conjunto con todos los partidos políticos, en aquel entonces.

Muchos años han pasado desde entonces.

A las nuevas generaciones les parecerá un término ajeno, lo cual no es extraño, sobre todo si tomamos en cuenta que la mayoría de mexicanos nunca entendimos bien a bien qué sucedió con el Fobaproa y por qué lo criticaba tan acremente López Obrador.

Pero hay datos que son contundentes y que hablan de la perversidad de ese sistema que terminó por endeudar a todos los mexicanos, sin tomar en cuenta nuestra opinión.

Nunca nadie nos dijo si estábamos de acuerdo con el hecho de que el gobierno asumiera como propias las deudas de unos cuantos barones del dinero.

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Para que nos demos una idea, al término del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, el gobierno acumuló una deuda de 648 mil millones de pesos. Hay que recordar que estamos hablando de 1994.

Han pasado 22 años y esa cifra se ha incrementado a 994 mil millones de pesos.

Pero, ¿fue tan malo el Fobaproa?

Este esquema fue creado en 1990 para funcionar como un seguro para los depósitos bancarios de los ahorradores; sin embargo, tras el error de diciembre de 1994, tuvo que ser utilizado por el gobierno de Zedillo para devolverle solvencia a los bancos y proteger el ahorro de sus clientes, luego de que diversas instituciones financieras se declararon en quiebra.

El problema posterior fue cuando se descubrió que algunos bancos beneficiados por el Fobaproa estaban involucrados en casos de fraude, evasión fiscal y mala práctica, entre ellos estaba Banca Cremi, de Carlos Cabal Peniche, hoy uno de los empresarios consentidos de la 4T; Jorge Lankenau, de Confía, y Ángel Rodríguez, de Banpaís.

En su momento, la intención al crear este esquema fue positivo, porque la economía mexicana pendía de un hilo y la situación se agravó cuando, en la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, se inició un proceso de apertura y liberalización para atraer capital extranjero para estabilizar y hacer crecer al país.

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Pero fue un error porque ese dinero que llegó al país no beneficio a los mexicanos, al convertirse en capital especulativo, lo que sucedió al final del sexenio de Salinas. Esos recursos se fueron y hundieron, en uno de los más graves problemas económicos que ha tenido, a la economía mexicana.

Se activaron las alarmas cuando Zedillo asumió la presidencia y echó mano de los recursos del fondo, que fueron insuficientes y hasta la fecha todavía pagamos, después de casi 30 años de que sucedió.

López Obrador fue incansable en su lucha contra el Fopabroa y cada que podía los sacaba a relucir, hasta que el tema se gastó y terminó por no decir nada. Pero ahí está presente y cada año destinamos los mexicanos mucho dinero para el pago de ese “error”.

Por hoy debo decir que AMLO tierne razón: Zedillo no tiene autoridad moral para criticar las decisiones de este gobierno, ni de ningún otro.