Inicio de año difícil para la prensa

El primer mes del 2022 quedará con el desafortunado registro en nuestro país, de cuatro lamentables asesinatos de periodistas por su labor profesional.

Los asesinatos de Lourdes Maldonado López y Margarito Martínez en Tijuana, así como de José Luis Arenas Gamboa en Veracruz y de Roberto Toledo en Zitácuaro, conmocionaron y despertaron la indignación de colegas de distintos puntos de la república que salieron a las calles a exigir justicia.

Con las etiquetas #NiSilencioNiOlvido, #NoSeMataLaVerdad y #PeriodismoEnRiesgo se hizo un llamado en redes sociales a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que los hechos tengan respuesta y cese la violencia en contra de las y los comunicadores.

En la clasificación mundial de la Libertad de Prensa 2021 que realiza la organización Reporteros sin Fronteras (RSF), México ocupa el lugar 143 de 180. En su diagnóstico afirman que nuestro país sigue siendo, año tras año, uno de los países más peligrosos y mortíferos del mundo para los medios.

Sostienen que el país se sigue hundiendo en una espiral de impunidad y que cuando los periodistas investigan temas molestos para el gobierno o relacionados con el crimen organizado, especialmente a nivel local, sufren amenazas e intimidaciones y pueden ser asesinados a sangre fría.

Article 19 registra del año 2000 a la fecha, 149 asesinatos de periodistas en México, relacionados con su labor. De ellos, 137 son hombres y 12 mujeres. En la actual administración federal se tiene la desafortunada contabilización de 29 sucesos fatales.

De enero a noviembre del año pasado, en la estadística del portal Statista y que tiene como base información de RSF, dan a conocer que en nuestro país sucedieron siete casos de periodistas asesinados, uno más que en Afganistan.

¿Quién pierde con el asesinato o agresión a un periodista? Sin duda la sociedad.

En los conceptos vertidos en la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se define que el periodismo, en el contexto de una sociedad democrática, representa una de las manifestaciones más importantes de la libertad de expresión e información.

Son elementos fundamentales para el funcionamiento de las democracias, por la labor de mantener informada a la sociedad y contribuir a un debate público fuerte, informado y vigoroso.

ASME